A veces sabes que habrá alguien para tenderte la mano al caer. Gente, que sabes que te defendería sin atender a las consecuencias. Gente como la que tengo la suerte de conocer.
No me merecía a esa persona, no me merecia al ser más perfecto para mí en el mundo. No era yo lo suficiente buena persona para poder tenerlo. Pero, sabiendo que no me lo merecía y que jamás podría llegar a tenerlo, intenté ser mejor, intenté llegarle más que a la suela de los zapatos. No sé por qué, si por envidia, por orgullo... Simplemente intenté ser mejor persona, por serlo. Lo intenté porque sé lo reconfortarte que es tener alguien como él al lado. Lo hice para que alguien en el mundo pudiera sentirse tan bien como yo cuando estoy a su lado.
Cuando está entre la multitud, ella es la reina del lugar. Cuando está con él, es la reina del mundo.
Cuando está sola, es la reina de sus sueños.
Sin la música, la vida sería un error. Sería como la mejor película de todos los tiempos sin banda sonora. Sería como un vals romántico sin ninguna armonía. Sin música, la vida estaría vacía.
Me encantaría cantar alto, muy alto, gritar cada meldia, ante un público de lo más extenso. Y dejar claro a todos que estoy esperando los aplausos ante la canción de mi vida, las lágrimas y las miradas de copasión.
Saltaba, corría, reía. Los tirabuzones botaban tras ella, chocando con su espalda. Se sentía como una niña pequeña jugando,
A veces sorprende como una pequeña cosa cambia radicalmente la forma en la que miras el mundo alrededor.
Sueño con irnos a nuestro lugar especial, aunque esté aquí mismo, y simplemente estar, permanecer ajenos al mundo, ocultando nuestra pequeña felicidad...
Sus ojos tenían ese color tan singular... Veía el mundo de una manera especial, siempre atento a todo. Abría esos ojos para ver mejor, daba igual el día, el momento o el sentimiento. Nadie sabe como, él podía sonreír con la mirada. Y a pesar del color alrededor de sus pupilas, nunca tenía una mirada fría que mostrar, siempre había algo más.
Nadie lo comprendía. Nadie lograba entender su complicidad al hablar, al moverse, al mirarse. Eran dos personas iguales y diferentes; tenían sus parecidos y sus diferencias. No importaba entender la sincronización al pensar, los gustos similares o las miradas. No importaba entenderlo, lo importante es que era suyo y que querían que jamás acabara.
Creo que al fin he encontrado mi lugar. Tal y como es ahora, sin moverme un centímetro del camino, porque es un camino que me lleva hacia delante a un paso que logro seguir, y aunque parezca que no concuerda conmigo, es mi vida. No diré que tuve la infancia perfecta, no he tenido tampoco la peor, ni mucho menos. SImplemente la he tenido y eso ya es algo que muchos no han logrado encontrar. Mi pasado me ha hecho como soy, es parte de mí y de lo que soy ahora, y me acompañará siempre. Por eso cuando miro atrás intento verlo todo con mucha luz, para pensar en positivo y seguir caminando hacia delante.
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