PARA-PARA-PARADISE

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domingo, 2 de octubre de 2011

Judías.

Érase una vez... Si no sé como empezar este siempre me parece el correcto comienzo. ¿No empiezan así todos los cuentos de hadas? Al menos aquellos que vale la pena leer cuando apenas puedes comprender. Cuando eres pequeño y lees con dificultad, apenas logras entender. Luego, creces. Los "Érase una vez" desaparecen. Peter Pan se fue, o te has ido tú. Has crecido, fíjate. Esta vez, esos famosos 18 (después de los más famosos sweet 16). Parecen poco, parecen mucho. O parecen nada. Algo que venden, como muchas otras cosas. Bueno, ¿no es mejor darle un poco de ilusión? 18 es tan sólo un número. Parecido a 17 y 19. ¿Entonces? Pues la ley dice que ahora puedes hacer muchas cosas que antes no podías... Vaya tontería. Prefiero que esto lo veas como algo más de tú contigo misma. Los 18 son, como todos los años que cumples cada 22 de junio, un pequeño cambio. Ahora, cuando te pregunten, dirás que son 18 años. Te pueden pedir en DNI donde quieran, que podrás entrar. Es una oportunidad que te dan para soñar un poquito más. Quieren quitártelo, quieren que seas adulta, ¡ya! Quieren que crezcas, que olvides a Peter Pan, que olvides lo que te enseñaban de compartir desinteresadamente, de solidaridad, de obedecer. Pretenden que intentes lo mejor sólo para ti, lo que te beneficie únicamente, que tengas más y más. Aquí, cerca, hay un grupo de gente que solo quiere que seas feliz. Que tus 18 sean el cambio hacia una sonrisa al levantarte, para hacer ese día algo que de verdad quieras hacer, y que por la noche la misma sonrisa te acompañe otra vez a conversar con la almohada. Nadie dijo que crecer fuese fácil. Nadie dijo que ser feliz fuese fácil. Pero aquí nos tienes, ¿no? Intentamos recordarte que eres especial simplemente siendo tú. Tú, tú y solo tú eres especial hoy. Eres especial por recordar que un 22 de junio de 1993 nació una pequeña vida, que hoy queremos gritarle que sea feliz. Que nos tiene a su lado, y que aunque habrá lágrimas, y momentos en los que te parecerá estar sola, y dolor de corazón, que cariño, estamos aquí. Aquí, en el pecho, tirando hacia tu izquierda. Aunque suene muy cursi, en el corazón.