PARA-PARA-PARADISE

PARA-PARA-PARADISE

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Various VII

No estás solo. Yo también tengo miedo, sabes? Tengo miedo de fallar, de quedarme sola, de caer... Sé lo que sientes, y te ayudaré siempre que pueda. No lo olvides, no estás solo. Siempre habrá alguien aquí para escuchar, hablar y abrazar. Eres libre, lo sabes. Vete, yo esperaré. Cuando creas que no hay nadie a tu alrededor estaré aquí, sin preguntar, sin hablar. Simplemente estaré, como sé que si realmente lo necesito también estarás.

Al final, acabamos perdonando casi todo. Casi. Puede que sea porque simplemente estamos cansados de estar enfadados, o quizás ni recordemos porqué estamos así. A veces el corazón perdona porque quieres a la otra persona, así de sencillo. No puedes evitar echarle de menos, querer abrazarlo a cada momento, hacerle sonreír... No puedes evitar correr para decir lo siento. Normalmente nos quejamos de lo mucho que cuesta perdonar, como si fuera algo grande e imposible de comprender. Perdonar no es olvidar, es querer por encima del daño que otros te hagan. Todo hasta cierto punto, claro. A veces, el dolor es tan inmenso que rompe todo aquello que antes llamabas amor y se convierte en odio. Y es que sólo puedes odiar de verdad a alguien que hayas amado antes.

Quiero ver mundo. Quiero hacer algo interesante en un millón de ciudades. Quiero visitar los cinco continentes y traer recuerdos e historias dignas de contar. Quiero sacar yo misma un millón de fotos, y tener centenares de álbums que me hagan sonreír cada vez que los abra. Sobre todo, quiero alguien con quien compartir todos esos viajes. Y realmente hay tanto por visitar...

Quiero ir, aunque sea sola. Realmente ellos no me necesitan, no me quieren tanto como creen, o tal vez como creo yo. El miedo no es que ellos me echen de menos, sino echarlos yo de menos. Quiero irme, escapar, volar lejos sin nadie. No quiero tener a nadie a mi lado cuando me vaya, porque entonces no podré ir. No sé ni lo que digo... Los quiero, más que a mi vida, pero no les convengo. Y cuando el corazón logre convencerse de ello me iré. Pero ahora mismo no puedo vivir sin ellos, y el cerebro cede ante esto. Tiene que ceder porque no le queda otra.

No da sin recibir. Al contrario, recibe sin dar. Todos piensan que es bueno, el más bueno de los buenos, que lo hizo todo por nosotros... Já! Él, si realmente está en alguna parte, no nos da nada... Todo lo que conseguimos se basa en un simple principio: estábamos en el momento preciso en el lugar adecuado y en las condiciones propicias. Si queremos algo realmente tenemos que conseguirlo nosotros mismos, con nuestra forma de ser y con nuestros medios. El amor no es algo que Él nos da, no es su forma de expresarse... El amor sale de los seres humanos, como sale la ira, la envidia y miles de millones de cosas más... Si realmente quieres algo no vayas a poner velas a un enorme y frío edificio, simplemente muévete y busca el momento.

La mayoría de las mujeres de hoy dicen estar enamoradas o haberlo estado alguna vez. Muchas sufren amor no correspondido, otras corazones rotos. Al fin y al cabo, todas asegurarían haber sentido amor. Yo no sé si realmente lo he sentido o si lo he sentido alguna vez, pero sí que deseraría sentirlo. Si lo que siento ahora es amor, el amor es una mierda. Si mi pasado significa un corazón roto, es demasiado drama por una persona. Simplemente sé, y de eso estoy segura, que pocas personas han sentido amor de verdad, pero a quien se lo dicen le causan tal envidia que cualquier ilusión simula lo mismo. Otra pequeña cosa que sé (a pesar de todo lo que me queda por saber) es que no puedo mentirle si no es por su bien, no puedo hacerle daño, no puedo darle la espalda y dejar que sufra, no puedo dejarle pidiendo ayuda y caminar en otra dirección... No puedo. De todas formas, presentía que esto se convertiría en algo relacionado con el amor, o lo que sea que siento. Debe ser una de sus consecuencias, que no puedes dejar de hablar de él

Parece que la vida son un montón de pequeñas películas con partes interesantes. Puede acabar bien o mal, pero siempre tiene un continuará. En un plano general, me parece que siempre me toca interpretar el mismo papel, y estoy cansada de tener las mismas líneas siempre. (Ahora me toca a mí escribir el guión.)

En el fondo sabes quien importa y quien no. Sabes quien realmente merece estar a tu lado, y sabes que hay personas que por mucho daño que hagan siempre vas a querer que estén ahí. Siempre hay alguien a quien echas de menos, y otros que no pasa un día sin hablar. Muchos los llevas en el corazón. Otros simplemente están ahí. Pero sabes quien realmente importa, porque la gente no está a tu alrededor por casualidad. No abrazas a alguien diariamente sin quererlo un poquito, no haces las paces con alguien sin echarlo de menos. Todos son importantes, unos más que otros, evidentemente. Pero al fin y al cabo, los que son amigos de verdad siempre están ahí. Y lo demuestran en los peores momentos...

No existen las amistades perfectas. Es imposible que no te molesta absolutamente nada de tu mejor amigo si lo conoces bien. No existe la amistad sin altibajos, no existe la amistad de película. Y si crees que la tienes es una farsa. Todos los amigos tienen sus diferencias, sus choques, sus cosas. Pero sí que hay amigos echos el uno para el otro. Alguien que siempre está ahi cuando lo necesitas de verdad, y que conoces tan bien que sabes en que momento te necesitará y como dar tu hombro. Sabes que le gusta y que no, quien le cae bien y quien mejor. Sabes lo que piensa por su cara, sabes lo que quiere decir en la mirada.

No hay comentarios: