Ahora entiendo las miradas cansadas de los adultos, el cansancio crónico; los ojos poco abiertos y con ojeras, las decisiones tomadas sin ganas, los ojos sin brillo de ilusión pero con sombra de tristeza. La vida se hace larga y cansa. Los golpes te hacen caer y nada te ayuda a levantarte.
Ahora entiendo las miradas cansadas de los adultos porque la vida me empieza a cansar a mí también.
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