Al final, todo el mundo acaba pidiendo perdón por no haber estado ahí, o simplemente se pira. Lo que te queda es admitir que estás completamente sola y nadie te va a salvar. Nadie te salvará, nadie te recogerá de este oscuro y profundo y terrible agujero en el que estás. Nadie espera que salgas porque ni una sola persona está ahí. A veces ni tú misma estás de tu parte. ¿Entonces, para qué levantarse? ¿Para qué vivir?
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