Empiezo a creer que soy aquella amiga que sale en las películas y en los libros, aquella que siempre dice que está bien pero que no lo está, que se engaña a sí misma diciendo que no pasa nada. Esa que está rota pero parece entera. Esa que nunca tiene a ese que la cuida, que está sola pero no se queja en serio.
Será verdad que la gente que más sonríe es la que más llora después...
O tal vez necesito un psicológo.