Que tú, con tu pequeña experiencia de vida, no quieras probar a vivir soñando porque estás convencido de que sólo hay batacazos, y que pretendas darme una lección... No lo voy a permitir.
No me voy a dejar convencer tan fácilmente, porque algunas veces hay que ser cabezota. Y sí aquí, toda la gente que conocemos son robots de fábricas, yo sé que en alguna parte encontraré a algún soñador con quien pueda soñar.
Y que sepas que lo que más me duele es no poder soñar contigo.
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