Merc escucha y aguanta. Escucha y aconseja, escucha y espera, apoya. Siempre se espera la absoluta perfección de Merc, la amistad en todo momento, los oídos atentos, los detalles siempre dispuestos. Entender es la clave del asunto, la empatía es la base y los abrazos la forma que reina.
No se permiten despistes, Merc tiene que estar ahí. Merc no puede sentir nada que no sea apoyo absoluto, felicidad, comprensión. Porque en el momento que Merc cae, ya no la quiere nadie. Por eso sabe que no le queda otra que, en el fondo, estar sola. Cada sentimiento que aflora cuando Merc está a punto de explotar se prohíbe, se le da la espalda y se deja aparte. Cuando Merc está dispuesta a volver a ser el ser que todos esperan que sea, se la da la bienvenida, a veces con rencor, otras veces no.
Y a pesar de todo, lo único que siente Merc, lo que le da todo sentimiento, es amor. Amor hacia las personas que la rodean, que entran perfectamente en la palma de una mano.